Desde el amanecer de mi ventana
rauda mi vista se posa en la tuya,
lineas que se dibujan tras tu cristal
y la imaginación
creando contornos armoniosos.
En la escalera de mi infancia
te veía en mi vida pasar,
una niña que, ahora, hecha mujer,
su perfume quiero volver a oler.
Nido de pájaros es tu casa.
Y peluches alrededor,
cándida sonrisa, melodiosa en su andar.
Alma que mantienes en vilo la mía
y en suspenso mi corazón.
Muy dulce y bello. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarBuenos días desde Asturias.
Leonor