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domingo, 17 de noviembre de 2013

QUERIDA DAMA

Querida Dama:



  Aunque el tiempo no se detuvo, tu recuerdo quedó. De un tiempo, de un pasado que no pude pactar con el destino.
  Él es implacable en su voraz paso por la vida. No se detiene. No se atiene. No escucha.. Fue más veloz que nosotros.


  Siempre fuiste mi abrileña dama consciente en las primaveras de los senderos de tu jardín.


  Estás hecha de talla de marfil. De perfil soñador y mirada caída que desnudas mi alma mientras yo observaba la tuya tras el corpiño tentador, de sueños húmedos e impredecibles, entregados en la sombra de los nogales al desahogo pasional que nos unió en un mágico momento donde transcurrían las nubes por sus cielos y por nuestros cuerpos.


  Desde tu partida del andén en un gigante de hierro la noche cayó permanentemente en mí. Las lágrimas fueron diarias y mi corazón encogió por esa humedad de tristeza y melancolía. Mis paseos son tristes y casi inquietantes. Pienso permanente en ti. Ando desligado de la tierra, como deslizándome sobre ella.
  No hay horizonte verde que ver si no estás presente. Nada puedo hacer salvo seguir llorando tu pérdida, esa tragedia humana que siempre decíamos  que nunca nos pasará, hasta que pasó.


  Siempre estarás en mi memoria.

Guillem de Senent. 07/07/2012. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

sábado, 16 de noviembre de 2013

AÚN NO



Ya no puedo pedir más.
aún no es la oportunidad,
no nos sobra el tiempo
para la intimidad.

Fluye desconcertada
la terrible soledad,
tiempo no hay de sobra
para la felicidad.

Yo no sé por qué
el destino
conmigo se ensañó.


Vivo en una celda
como un ermitaño,
en mi litera floto
entre pensamientos oníricos.

Descorro el velo
sólo encuentro verbos,
pretérito perfecto,
interrogaciones y divagaciones.

Yo no sé por qué
ya no siento el abismo
que me separa
del dulzor de tu piel.
En él voy a caer..

Yo no soy gaviota
volando a ras de tu playa,
ni galeote con grilletes
surcando tus mares.
No soy más que luna llena
de paso en tu orilla.

No más..

Guillem de Senent. 12/07/2012. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

domingo, 10 de noviembre de 2013

LA DECREPITUD DEL POETA

La experiencia sabia me decía
que se fenecería la luz
en la lentitud de mi crepúsculo,
que acabaría envuelto en sombras. No
esperes, pues, mi regreso,
porque en donde me hallo
volver no puedo.

Y la vida me envejeció
como el tiempo al papiro.

La decrepitud del poeta se lleva
en el frío de mis dicciones,
vocablos y lenguaje.
Un rayo me apaga, yo hombre digno,
y me despoja de sus soles y estrellas,
de flores y de albas,
y del sonido de los violines.

Hoy sólo soy palabras
barridas hacia las cloacas
de mi ciudad enferma.

Y así como las hojas caídas del otoño
giran entre sí, barridas por la brisa,
así me despido yo de todos
con traje negro y capa caída,
paseando por las alamedas de la nostalgia
y mi epitelial escalofrío.


Mi fin como poeta-hombre
acaba de llegar,
en el andén, mi vagón número trece
no espera. Llegó, por fin,
el fin del hombre.

Mis palabras quedarán
en el cielo y en la tierra,
en el aire y en el cosmos.
En las hojas
escritas están
mi vida y mis sueños,
anhelos y vocablos,
lágrimas y felicidad,
y sobre todas las cosas
mis recuerdos
hasta el fin de los tiempos.

Guillem de Senent. 03/10/2013