En el andén te quedaste,
después de mi último viaje.
Retazos de amor del pasado,
que fue juego de niños
para nosotros,
algo nuevo descubríamos
cada día
completando nuestra adolescencia.
En el andén de la estación de Sarrión
quedó tu última esperanza,
porque yo no vuelvo
y no soy fruta de nadie,
que besa la piel sin ganas,
que ahora contemplas desde la distancia.
En el andén de la estación,
parte de mi vida dejé,
parte de la tuya perdiste
porque no te quise volver a ver.
El pasado se quedó solo en tu andén
y mi vida siguió su camino.
En el andén de la estación de Sarrión
a la espera todavía estás
de alguien que no volverá
porque su vida volvió a rehacer.
Y dicen que el tiempo todo lo cura
pero tus cartas anónimas hablan
por sí misma,
vuelan
palabras que flotan vanas,
que no dejan huella en mí.
Y quédate..
,
quédate en el andén
de la vieja estación
que yo no voy a acudir,
porque el corazón me destrozaste
y mi espíritu caído
divagó...
Quédate, que ya no te quiero,
desde la ignominia,
y siéntate
porque ése tren
no volverá a pasar,
ni ése pitido oirás sonar.
Guillem de Senent. Todos los derechos reservados 6/12/2012
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