Mi vida es como un viaje, largo y
penoso viaje,
por este desierto que es la vida
donde es mucho el esfuerzo
y tardía la alegría.
Doy pesados pasos
sobre la arena caliente.
Miro alrededor
buscando mitigar mi desazón.
Me encuentro con el sol que,como las
penas,
surca mi piel con su potente calor.
Extraña es la pureza del agua
que se disfraza facilmente ante mis
ojos,
falso oasis de verdad, de tan corta
vida,
como corto es el goce que le otorgan.
Llegará un día que caminaré ligera,
de mis pies desaparecerá la arena,
de mis agitados días descansaré
bajo la sombra de un árbol amable,
y podré por fin beber
de la fuente de la sabiduría
su agua pura y cristalina, finalmente
real.
Esther Navarro Vilar. Todos los
derechos reservados
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